Los barcos de la edición de 1995 son menos conservadores y más agresivos que los de la Copa América de 1992. En la botadura del Rioja de España se pudo ver con claridad esta característica del barco español, que motivo el asombro de los asistentes a tan importante acto. Lo que hasta ese momento había sido un secreto muy bien guardado, ahora estaba expuesto a los ojos de los acudieron a la botadura y de los medios de comunicación que se hicieron eco de los innovadores avances de diseño con que contaba el Rioja de España.